Otra Mente Brillante Arruinada por la Educación

7 mar 2012

Una Cuestión de Pragmatismo


Jonathan Creek.
Hablé de él - o de la serie, mejor dicho - hace un par de semanas, comentando lo mucho que me gustan las series de suspenso británicas, los whodunnit, con sus vueltas de tuerca y sus misterios de habitaciones cerradas y ese tipo de historias, del tipo de El Misterio del Cuarto Amarillo de Gaston Leroux y todos sus derivados.

En el episodio que estaba mirando el otro día - sí, voy a spoilerear, así que los que estén planeando ver The Grinning Man cierren los ojos ahora... ¿Listo? ¿Los que quedan no planean verla o no les interesa saber si es el mayordomo el asesino? Seguimos entonces.
Decía, The Grinning Man.
The Grinning Man empieza con una montaje de un noticiero de los años treinta, de esos que pasaban en los cines antes de las películas, en el que muestran una fiesta de fin de semana en un casa gótica muy gótica, en la cual vive un espiritista famoso. La historia de la casa gótica muy gótica cuenta que en el altillo - toma ominosa del altillo desde afuera, con sus ventanitas de vidrios romboides - en el siglo XVI, la familia que vivía ahí, tenía encerrado a un pariente loco, onda Jane Eyre, y que desde que éste murió, la gente que duerme en la habitación con bañito en suite del altillo, desaparece. El noticiero cuenta que el Profesor Mencken - hombre de ciencia y razón "no existen cosas como los fantasmas bla bla bla" - ha aceptado el desafío - porque siempre alguien tiene que tomar estas cosas como un desafio - y muestran como toda la gente de la fiesta sube al altillo, encierran al profesor en el cuartito con cuatro candados de llaves separadas y entre risas, ja ja ja que locos que somos, se van.
Obviamente, a la mañana siguiente, abren la puerta, y del profesor sólo queda la ropa a los pies de la cama.
No somos tan locos ahora, ¿ehhhh?
En fin.

Cortamos al día de hoy, presentamos a los personajes - no voy a hacer un recap de todo el episodio, otro día me dedico a eso, ahora sólo quiero llegar a un punto - y dos chicas, camino a una fiesta, quedan varadas en mitad de la noche y la lluvia en un camino vecinal de esos que usan en todas las películas de misterio y sorprende que no estén llenos de gente la cantidad de gente que queda varada en ellos. Las rescata un desconocido de barbita y con su camioneta las lleva hasta, oh sorpresa, la casa gótica muy gótica del noticiero que vimos antes.
¿Coincidencia?
No lo creo.
En la casa está viviendo el descendiente del espiritista, que es un mago de renombre - manteniendo la línea familiar -, que las recibe amablemente y les ofrece quedarse hasta que pase la tormenta.
Una vez instaladas, se sientan a tomar algo en el living - las dos chicas, el mago, el desconocido de barbita alias ayudante del mago, la madre del mago y acá, mi hermosa asistente - y salta la historia de la familia y su pariente loco y cómo desde que desapareció el profesor Mencken, desaparecieron otras ocho personas.
Ahora, si fuera yo, me alejaría inmediatamente de las inmediaciones siquiera del maldito cuarto - ya estaría en el pueblo del al lado - pero, que va, yo no soy ellas y una de las dos chicas, con un par de copas de mas, decide pasar la noche en el altillo y convence al ayudante de que la encierre con los cuatro candados.
Llega la mañana siguiente, y para la sorpresa de nadie, la chica no ´ta mas, sólo queda su ropa arriba de la cama.
La chica que queda, Joey, porque decirle la chica ya me cansó, decide averiguar que pasó y enlista la ayuda de Jonathan Creek.

Hay otro caso dando vueltas, por cierto, uno que involucra al mago, a su asistente, un secuestro fingido, un asesinato, un matrimonio secreto, un amor no correspondido y un psicópata común y corriente, pero a mí me impresionó lo del cuarto en donde desaparece la gente, así que se los voy a ahorrar.

Entonces, la historia continua. Joey y Jonathan revisan el cuarto del altillo, la cama, el dosel, el techo de vigas, el baño, etc., no encuentran nada. Revisan el cuarto de abajo, donde durmió Joey, nada. Piensan y piensan, pierden como una hora en el otro caso y, finalmente, deciden pasar la noche dentro del altillo, a ver si desaparecen. Gente arriesgada y un tanto tonta en mi opinión, pero bueno, así son.
Llega la mañana, los dos siguen aparecidos, tirados en la cama mirando el techo y nada sucedió.
Joey se levanta a las puteadas con dolor de espalda y Jonathan la deja sola para ir a buscar Ibuprofeno.
¡¿Cómo la va a dejar sola en una habitación donde desaparece gente?!
Hombres.
Jonathan sale al jardín a buscar al ayudante para pedirle una pastilla, y se pone a estudiar el asunto desde afuera, porque en realidad todavía no está del todo seguro que la habitación que se ve desde afuera, con sus ventanitas romboides, sea la misma que la de adentro, ya que las escaleras son muy retorcidas y las ventanas están enrejadas de adentro, por lo que es imposible mirar para afuera y asegurarse. Y mientras está estudiando las ventanas y ponderando todo el tema, Joey decide darse un baño para aflojarse la espalda. Es ahí cuando a Jonathan se le prende la bombita y se da cuenta que el problema no es la cama, si no la bañadera y sale corriendo para adentro, con el ayudante corriendo atrás.
Llegan de pedo. A esto de que todo saliera mal, mirenloquelesdigo. La bañadera ya se había hundido por la presión y había tirado a la pobre chica adentro de un enorme tanque lleno de agua verdosa, escondido abajo de la habitación. La rescatan justo. Entre él y el ayudante logran parar el mecanismo, bajar la bañadera otra vez y sacarla antes de que se ahogue. No sin que antes viéramos todos los cadaveres podridos o a medio pudrir, hundidos en el agua.
Una porquería, bah.

Resulta ser que el espiritista que vivía en la casa gótica muy gótica en los años treinta era simpatizante de los nazis y tenía un problema con el profesor Mencken y sus ancestros. Como no quería asesinarlo así sin mas - ¿ustedes por quién me toman? - selló la verdadera habitación del ático, remodeló otra habitación, ajustó las escaleras para que pareciera llevar hasta ahí, ideó todo ese sistema de poleas en la bañadera y ahí quedó, la retorcida trampa, como una mecánica araña, esperando para cazar bobos a través del tiempo.
Voy a tener que admitirlo.
La bañadera y su tanque australiano lleno de cadaveres, me impresionaron mucho. Posta. Me resultó terriblemente perverso. Me hizo pensar en los medievales y sus máquinas de tortura. El otro psicópata del episodio, que mataba con un cuchillo me parecía mucho mas honesto. Horrible seguro, pero directo. La maquinaria esa, matando gente ella sola, mucho después de que su creador muriera, y sin que nadie supiera de su existencia, me puso de un humor de lo mas curioso.

Ahora, el punto al que yo quería llegar en realidad, no, es ¿cómo alguien puede vivir en una casa en la cual ocho personas, OCHO PERSONAS, desaparecen en la habitación del supuesto altillo y no contratar un grupo de muchachos con mazas para que la desmantele? Yo ni bien me mudé - jamás me hubiera mudado ahí, pero pongamoslé, por el bien de la conversación, que lo hago - contraté cinco monos y me la desarman a garrotazos, no me jodan. En dos patadas nos hubiéramos dado cuenta de que la habitación que estábamos desarmando a golpes no era la misma que se veía de afuera y hubiéramos resuelto el misterio sin tanto fatalismo.

A la gente de las películas de misterio les falta pragmatismo, esa es la verdad.

5 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Bueno, digamos que es una ficcion.

Cualquiera hubiera desmantelado la habitaciom, pero entonces no habrìa truco. Vende mas creer en el mas allà.


Yo hubiera pensado que era el famoso "Mostro del pantano", que tanto me asusta.

Saludos

Dany dijo...

Es que el sentido común no se lleva del todo bien con los guionistas. Y con la duración estimada de capítulos o películas. Un beso.

Yoni Bigud dijo...

Coincido con el Gaucho. Vende más creer en el más allá. Aunque a mí, más que el mostro del pantano me asusta el hombre de la bolsa.

Un saludo.

GABU dijo...

Vendría a ser algo así como saber que se tiene al cuco encerrado en la habitación de arriba,no???

P.D.:A mi dejenme con DEXTER,lo adoro!!
Cada temporada esta más comestible con esa dulce carita de 'yo no fui',moriría bien muerta por que me haga paquetito con su cinta de embalar... :P
coft coft perdón...

BESOS DESATADOS :)

Damaduende dijo...

Me hubiera asustado mucho que hubiera un mostro del pantano metido en una habitación en un falso altillo.
Es un mundo complejo pero existen Alien vs Predator, Superman vs Batman y Frankestein vs el Hombre Lobo, así que por qué no?
Y ya sé que vende, pero no puedo evitar pensar en lo tirado de los pelos que es pensar que en estos últimos ochenta años - y ocho asesinatos - nadie haya pensando en desmantelar todo el asunto.
Besos Gaucho :)



La gente sin sentido común no debería estar a cargo de mansiones embrujadas. Yo leí el Fantasma de Canterville. A ese fantasma se le solucionó la "vida" cuando a la casa se mudó gente práctica, eso es todo.
Pero sí, donde hay gente sensata no suele haber grandes historias de terror, tiene razón.
BEsos


El hombre de la bolsa, sr Bigud, que recuerdos!!
A mi me daba miedo... Pero nunca entendí a qué venia. Que tenía en la bolsa? Y por qué tenía que tener miedo? O era que me iba a llevar? Toda la nebulosa era aterradora :S
BEsos


Exacto! Cómo se puede vivir pensando que el cuco vive en el cuarto de arriba?! Yo no podría. ´tamos todos locos, ´tamos...
Nunca logré engancharme con Dexter. Al hombre de mi casa le encanta, pero la verdad, nop. Me pa que es culpa mía, que la agarré mal encarada y vi un pedazo lleno de sangre y ya me quedé mal parada con el asunto.
TAl vez algún día haga una maratón, la vea del principio y me suba al tren de fans.
Pero sí, el actor me gusta :)
Besotes

PD, mi niño está fascinado con su ojo :)
"UN ojo!!! Mirá mamá!!"